jueves, 7 de enero de 2016

Esta tierra es mía

Esta tierra es mía es una película de 1943 dirigida por Jean Renoir e interpretada por Charles Laughton, Maureen O'Hara, George Sanders y Walter Slezak en sus papeles principales. 
En una ciudad de la Francia ocupada, Albert Lory (Charles Laughton), un maestro solterón, que vive con su madre, a raíz de su actitud en los bombardeos ha adquirido fama, incluso entre sus alumnos, de persona de poco aplomo. Oculta su amor por otra profesora, compañera y vecina suya, Louise Martin (Maureen O'Hara), conformándose con su amistad y la de su hermano Paul. Además, ella mantiene relaciones sentimentales con George Lambert (George Sanders), por lo que la ve inalcanzable. Paul es miembro de la resistencia francesa y muy activo en las labores de sabotaje, por ello, es traicionado por George que lo delata a los nazis, ya que entiende que la colaboración es el único medio de alcanzar la paz. Albert, en un arrebato de indignación, se dirige al encuentro de George justo en el momento en que este, arrepentido, comete suicidio. Albert, es acusado injustamente de asesinato. Durante el juicio, Albert, investido de una serena dignidad y un valor desconocido por todos, dirige un memorable alegato de la libertad que enciende a sus conciudadanos. Advirtiendo el peligro de sublevación, el comandante nazi, el Mayor Erich von Keller, le propone un trato: si cesa en su alegato y depone su actitud en el juicio, le garantiza un veredicto de inocencia. De regreso al tribunal, Albert continúa en su actitud y arenga a sus conciudadanos.
El argumento presenta bastante profundidad acercándose, a través de unos personajes muy bien construidos, a la realidad de lo que fueron las zonas ocupadas durante la II Guerra Mundial. Se muestran con naturalidad, sin dejar de juzgarlos negativamente, personajes que abiertamente colaboran con los nazis para obtener un provecho personal. Por ejemplo el Alcalde y los comerciantes que se lucran con la situación sin pasar necesidad como los demás. El personaje del jefe de estación que colabora en un principio para no tener problemas con los alemanes, va evolucionando y pasa de ser un nazi idealista a justificar su colaboración para evitar que inocentes paguen por las acciones de otros. Su arrepentimiento le llevará a avisar al saboteador antes de su detención tras haberlo delatado, y al suicidio cuando se ve atrapado por el Mayor Von Keller como colaborador sin remedio. El personaje del Sr. Lory interpretado por Charles Laughton es la auténtica joya de esta película que hace que no haya pasado desapercibida como una cinta más sobre la ocupación. El alegato final de Laughton en el juicio donde arroja su cobardía a sus convecinos y al ocupante alemán. Todo un canto a la Libertad en una interpretación inolvidable. Es muy poco creíble que Maureen O’Hara se enamore por las buenas de Lory sólo por su gran demostración de valor en el juicio. 

Aunque carece casi por completo de acción, se trata de una obra maestra del cine bélico y de un gran canto a la libertad. Muy recomendable.

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